Hoy puedo asegurar que una de las cosas más emocionantes y sorprendentes de mi vida ahora en tierras lejanas, ¡¡ha sido mi encuentro con la nieve!!
Por alguna razón en mi querido México nunca había tenido la oportunidad de estar frente a la nieve, tocarla... a lo mucho en algunas zonas de México llega a nevar, pero nunca en Orizaba, y las veces que he podido ir al Pico de Orizaba, la nieve es poca, o no logramos subir lo suficiente para encontrarla. Pero en el tiempo que llevo aquí, he tenido la oportunidad de ¡¡ver nevar!! y es precioso en verdad, y también hemos tenido la oportunidad de Viajar a Peyragudes, una estación de Ski que no queda muy lejos de Toulouse...
Ya desde el auto, las montañas cubiertas de nieve se veían imponentes, y ¡¡qué decir de cuando la tuve entre mis manos!! y observar las montañas blancas, tan blancas que al ser tocadas por los rayos del sol, resplandecían de tal manera que para observarlas bien, había que entrecerrar los ojos o usar los lentes.
Y sólo pude recordar al Salmista cuando hace su plegaria diciendo: "Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve" ¿Más blanco que la nieve? me preguntaría hoy con asombro... ¡Sí, "si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos"!
¡Qué GRAN VIRTUD tiene la Sangre de Cristo nuestro Salvador que nos otorga una limpieza que va más alla de nuestra humana comprensión! y hoy lo alabamos por tener este privilegio de contemplar la hermosura de su Creación.
Por aquí les dejamos un pequeño video de mi ENCUENTRO CON LA NIEVE:
El fruto del Espíritu Santo: “Benignidad”
Hace 2 semanas