02 junio, 2009

Observa a los niños...

En estos días de verano, en que empiezan a prepararse las Escuelas Bíblicas de Vacaciones, dedico éstas líneas
dedico éstas líneas a todos esos pequeños, cada uno distinto, cada uno especial. Y es que a veces valoramos tan poco la vida de un niño, que olvidamos que el mismo Señor Jesús toma de ellos un ejemplo de humildad, de sencillez, y que aún el Reino de los Cielos ¡pertenece a ellos! ¡Qué difícil es para un adulto hacerse como un niño, conservar la inocencia y la honestidad que a los pequeños les caracteriza!

El verano pasa y con él, muchas veces el deseo y el ánimo por compartirles el Evangelio que los puede hacer libres. No olvidemos que cada pequeño que vemos por la calle, en nuestro vecindario, en nuestra Iglesia Local, ¡es un siervo potencial de Dios! Obsérvalos detenidamente a los ojos y encontrarás una razón poderosa para invertir tu tiempo y tus fuerzas.

Mi propia experiencia me hace animarte a trabajar por los niños que están cerca de tí, es hermoso cuántas cosas desagradables, cuántos ambientes de perversión, cuántas situaciones de las que mi Dios me mantuvo apartada por conocerle en mi infancia, ¡qué gran bendición! ¡Luchemos porque los niños que conocemos vivan su mejor decisión en la etapa hermosa de su niñez!

Aquí un canto que entonamos en la graduación del primer nivel de APEN (Asociación Pro-Evangelización del Niño) con la música del canto 6 de Salmos, Himnos y Cánticos Espirituales:
Al ver las multitudes de los niños
Que nunca han oído del Señor
Tampoco del milagro del Calvario
Y no podrán su Salvación tener

A menos que hablemos de su Amor
Cómo sabrán, cuán grande es Él
Si no les enseñamos la Verdad
Cómo sabrán, cuán grande es Él

2 comentarios:

Isa dijo...

Con los niños, siempre hay que pensar como maestras, que estamos sembrando para la eternidad. Y más, cuando se trata de la Palabra de Dios.
Nunca pensemos que es algo sin fruto. Habrá muchísimas veces que no lo veamos, pero quien da la recompensa por el trabajo,es el Señor. Él nos hará ver algún día, todo el producto de nuestro trabajo, entregado a sus pies.
El Señor te continúe bendiciendo.

Eduardo Roldán Reyes dijo...

Esta entrada me hizo recordar mucho la escuela bíblica de Semilla de Mostaza¡

Espero que el Señor permita ese proyecto en tu casa¡¡, y bueno más adelante espero también que Él nos permita lo mismo en nuestra casa amor¡¡

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