Hace unos días, navegando en internet, me encontré con una reflexión de Martín Luther King que me dejó pensando un buen rato y dice así:
"No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más preocupa es el silencio de los buenos"
Y llamó mucho mi atención porque actualmente la corrupción está por todos lados y todos los días, y a veces en algunos comerciales televisivos nos hablan de la llamada "denuncia ciudadana" que nos invita a no ser cómplices de delitos de los que llegamos a ser testigos, y nos dan números telefónicos para notificar cualquier hecho sospechoso que observemos.
Pero como hijos de Dios, creo que esto va más alla, porque a estas alturas, en la sociedad podemos ver las señales que anuncia el pronto retorno de nuestro Salvador, y esto es evidente solo al encender el televisor, entrar a internet, salir a las calles... pero todo esto que ocurre no es más sino cumplimiento de la palabra de Dios para los últimos tiempos que estamos viviendo, y es aqui donde esta frase me llevó a la meditación.
La primera parte: "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética..." me dice que todo lo que veo está escrito y no puedo pedir que cambie porque es el preámbulo del juicio Divino para la humanidad que le ha rechazado, pero antes esto... ¿Qué de nosotros? porque la segunda parte nos dice: "Lo que más preocupa es el silencio de los buenos" y al pensar en los "buenos" quiero poner el nombre de cada redimido que no somos buenos porque hagamos el bien por los demás, sino porque hemos sido justificados en la sangre preciosa de Cristo.
El mal se extiende en la humanidad, y nosotros permanecemos callados, y no hablo de un silencio que no "denuncia" por así decirlo, el mal que abunda, porque es evidente, sino aquel creyente que calla las buenas nuevas, cuando son más que necesarias, aquel que permite que un hermano se desvíe del camino de verdad, aquel que deja pasar todas las oportunidades que se le presentan de compartir su fe, aquel que permite que se cometa injusticia sin advertir el juicio de Dios para el pecado, aquel que pasa inadvertido sin marcar la diferencia, y en verdad me siento preocupada, ya no estoy consciente de cuántas veces a lo mejor he guardado silencio cuando es necesario gritar!
Pero ahora mi reflexión seria la siguiente:
"No me preocupa que el pecado sobreabunde, lo que más me preocupa es la pasividad de los Hijos de Dios ante los últimos tiempos"
Hoy tenemos la oportunidad para cumplir con la encomienda que Cristo nos dejó de predicar las buenas nuevas a toda criatura... ¡No te quedes callado! ¡Habla con denuedo de tu Padre Celestial!
Cristo nos dejó la estafeta al final de la carrera, porque confía en nuestra preparación, habilidad y coraje para llegar a la meta...
El fruto del Espíritu Santo: “Benignidad”
Hace 2 semanas
2 comentarios:
¡Hola,Denisse! Muy buen post. Precisamente hoy hablábamos del tema, y era acerca de cómo hay muchas personas metidas dentro de la iglesia, haciendo muchos desórdenes... y el silencio de los buenos...¡ay! es eso...¡silencio! cosa que no debiera ser, porque ¿cómo podrán encontrar a los lobos disfrazados de ovejas, algunas ovejitas del Señor?. Tenemos que ser atalayas, pero no de las falsas atalayas, sino genuinas lumbreras, aún para nuestros hermanos en la fe. Así alumbre nuestra luz, tanto en nuestras congregaciones como en en el mundo en el cual nos desarrollamos.
Luchemos para el Señor pero en amor y misericordia, siendo prudentes como serpientes y mansos como palomas.
Excelente post, me encantó.
Un fuerte abrazo.
Con todo respeto, cómo es posible que no se expidan vehementemente respecto a los sacerdotes pedófilos, algo monstruoso que se ha expandido por todo el mundo, produciendo daños inimaginables en los niños afectados por esta terrible perversión? Ademas de haber producido deserciones incalculables dentro del cristianismo que parece cada vez mas cerrado, esclerosado, autista, indiferente a los verdaderos males de la humanidad.
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