Es difícil para mí tratar de escribir unas palabras que definan todo lo que hay en mi corazón cuando quisiera expresar todo el amor y la admiración que siento cuando pienso en "mamá".
Ya son casi 22 años ( bueno más de 22 por los meses que viví en su cálida y acogedora pancita) y puedo asegurar que cada día aprendo a amarla más y más, ahora que mientras los años pasan, uno se da cuenta de todo el sacrificio que una madre hace para que a sus hijos no les falte nada!
Desde un raspón en la rodilla mientras jugaba, hasta las lágrimas que en ocasiones cayeron en su falda, cuando ella me tendió sus brazos llenos de amor para consolarme y para enseñarme que en la vida, el amor de Dios nos hace fuertes y nos da una linda madre! que es una muestra de la dulzura y acogimiento Divino.
Aún recuerdo cuán sorprendida me sentía, ¡cuando era imposible esconder alguna travesura de aquel llamado "Sexto Sentido" de las mamás! O cómo olvidar el libro de animales que nos leía todas las noches (libro que durante el día moríamos por encontrar, para saber que animal tocaba ese día, pero que fue ¡imposible hallar!) Sí, hubo veces en que algunas palabras firmes, hicieron que mis ojos se nublaran con ganas de llorar, en otras claro, lloré!, unos años más adelante quizá me sentía molesta cuando ella ponía una hora muy pronta (según yo) para llegar a casa, o cuando me preguntaba acerca de mis amigas, o cuando quería saber en dónde estaba, que hacía y con quién! pero ahora, con una sonrisa en mis labios afirmo: Qué equivocada estuve cuando contaba los "no", ahora definitivamente quedan opacados por las muestras de amor, ¡por las hermosas experiencias juntas, las charlas largas, todas las risas, los juegos en la cama! ¡Todo lo que hemos vivido hasta ahora!
Es por eso que hoy mis líneas van dirigidas a mi consejera, ¡a mi amiga! no tengo palabras suficientes para expresar mi más profundo agradecimiento, porque ella en todo tiempo ha ESTORBADO mi camino cuando parece desviarse, porque ella ha tomado mi mano innumerables veces hasta que yo sea capaz de caminar firme.
Gracias mamita porque en mis logros y decisiones, se ve reflejado tu trabajo y esmero para que nosotros vivamos con el fin de servir al Señor.
¡Cómo podré pagar todo lo que has hecho, cuando dejas tus gustos, tus comodidades, tu sueño, tu descanso, por nosotros! Has pasado noches en vela cuando estábamos enfermos, cuando trabajamos en algún proyecto escolar, e incluso cuando nosotros dormimos, y tú tienes alguna inquietud.
¡Eres toda una heroína! cuando nos salvaste de no llevar alguna tarea, cuando callaste tantas veces tu cansancio por vernos felices, porque hablaste palabras tan dulces y reconfortantes cuando nos viste sin ánimos, lastimadas, cansadas....
¡Déjame ahora cuidar de ti! ¡Déjame contribuir un poco con lo MUCHO que tu nos has dado!
No cabe duda que el Señor nos dio una gran bendición de llegar a este hogar, donde hemos aprendido que el trabajo, el esfuerzo y el amor son las partes más importantes para influir en este mundo.
¡Te amo! y te amaré hasta que mis ojos en este mundo se cierren, y hasta que pueda decirle a mi Señor cara a cara: ¡Gracias por la encantadora Madre que me diste en la tierra!
Estoy segura que tu galardón en los cielos ¡será enorme! Sólo Él te podrá compensar todo lo que nosotros en vida, quizá seamos incapaces de retribuir.
En mi corazón, todos los recuerdos a tu lado, y lo que vivimos ahora viven para siempre…
Mereces mucho más que unas cuantas líneas en este espacio..... ¡Todo mi amor de hija para ti!
El fruto del Espíritu Santo: “Benignidad”
Hace 2 semanas
0 comentarios:
Publicar un comentario