Llegó Diciembre...

Hoy desperté por la mañana y mi pensamiento fué:
¡Empezamos el último mes del año!
¡Empieza nuestro mes!
Termina el año, termina un ciclo de mi vida que da pié a otro maravilloso...
En la iglesia comenzamos ya a entonar himnos navideños...
Las calles lucen alumbradas y arregladas...
En algunos días volveré a estrechar a Eduardo entre mis brazos...
Y en algunos días más será el GRAN DÍA...

Sólo quiero alabar al Señor porque a pesar de lo demás este mes es mucho más especial porque recordamos su nacimiento, el inicio de la más sublime y perfecta obra de amor, una que ningún hombre podría hacer por nosotros, un sacrificio por el que ahora gozamos de una paz y esperanza eternas.

En mi corazón hay emoción, pero también, en ocasiones y porque soy una simple humana, también hay preocupaciones, lo mismo que en el corazón de Eduardo... trámites pendientes, trabajos que terminar, y algunas cosas más que debemos concluir, pero después de que las luces se apagan en casa y mi cabeza reposa ya en la almohada, lo único que es capaz de llenar mi corazón es gratitud y confianza en Quien puede consolar, puede dar ánimo y paciencia, que me recuerda su amor que nos une, su amor que nos perfecciona, su amor que da sentido a nuestras vidas y a nuestro futuro hogar...

¡Gloria a Dios siempre! en éste mes y en cada uno de los que pasaron, en cada uno de los que se aproximan...